(Extraído de un devocionario que pertenecía a la fiscala de mi capilla)
Esta fórmula es principalmente para capillas y parroquias con muchas comunidades que se preparen para la fiesta
Esta fórmula es principalmente para capillas y parroquias con muchas comunidades que se preparen para la fiesta
Esquema General
-Himno inicial
-Saludo del que preside
-Motivación al Santo Rosario
Santo Rosario
- Ofrecimiento
- Misterios del Día
- Tres Coronas
- Letanías de la Candelaria
- Salve Chilota.
-Oración inicial
-Gozos
-Entonación de un himno
-Motivación a la lectura
-Lectura bíblica
-Reflexión de la lectura.
-Entonación de un himno
-Motivación a la Ofrenda
-Ofrenda
-Himno.
-Oraciones Universales
-Padre Nuestro
-Oración Final
-Agradecimientos.
-Bendición
-Himno de despedida e invitación a la comunidad que anima el día siguiente.
Oración Inicial
Virgen María, Madre de Candelaria, en el templo presentas al Padre a Jesús, cordero sin mancha, te purificas según la ley de tu pueblo, aunque eres Virgen inmaculada.
En tus manos llevas un cirio, que ni la noche ni el tiempo apagan la luz divina de tu hijo, que resucito de madrugada.
El estrecho durante años y siglos vio viajar a peregrinos, que buscando tierra nueva han encontrado Vida que no acaba.
Míranos reunidos en tu Santuario, Virgen María, Madre de Candelaria, confirma la Luz de nuestra fe que vacila y renueva nuestra débil esperanza.
Aviva en nosotros el fuego del Espiritu Santo, y la caridad que nos hermana, consuela a los tristes, y afligidos, da justicia y libertad en nuestra patria, y condúcenos en la alegría, hasta el hogar de la Trinidad Santa. Amén.
Gozos a Nuestra Señora de la Candelaria
Pues el todopoderoso
te hizo pura y singular
oh Virgen de la Candelaria
Válganos vuestra piedad
El Dios más supremo y alto
en tu vientre se engendró
mas este virgen quedó
por divina permisión
pues el Espíritu Santo
obró su fecundidad
En tus virginales brazos
altar de toda pureza
al hijo que tanto amas
al Padre eterno presentas
es la víctima divina
que va a reparar la ofensa
Oyes sin turbarte nada
de Simeón la profecía
que te anuncia que algún día
tu alma será traspasada
de una penetrante espada
viéndolo crucificar
Bajo el nombre prodigioso
de Virgen de Candelaria
todo el mundo te adora
con especial gozo
y tiene por dichoso
a tal patrona invocar
Madre nuestra amorosa
échanos tu bendición
infunde tu devoción
a esta gente numerosa
que así será venturosa
por toda una eternidad
Letanías a la Candelaria
Señor tened piedad de nosotros
Cristo tened piedad de nosotros
Señor tened piedad de nosotros
Cristo Oídnos
Cristo escuchadnos
Padre Celestial que eres Dios/Tened piedad de nosotros
Hijo redentor del mundo que eres Dios
Espíritu Santo que eres Dios
Trinidad Santa y un sólo Dios
Virgen de las Candelas/ Ruega por nosotros
Virgen amable
Virgen amorosa
Virgen poderosa
Virgen fiel
Virgen de las vírgenes
Luz del mundo
Luz del pueblo
Luz de nuestra esperanza
Luz de nuestra fe
Luz de las tinieblas
Madre de nuestra alegría
Madre buena
Madre amable
Madre de Cristo
Madre del Salvador
Madre de la Iglesia
Madre del Creador
Candelaria de Carelmapu/Ruega por nosotros
Candelaria de Misión Rahue
Candelaria de Alerce
Candelaria de San Antonio
Candelaria de San Ramón
Candelaria de San Pablo
Candelaria de Cancura
Candelaria de Remehue
Candelaria de Riachuelo
Candelaria de Playa Maitén
Candelaria de Isla Maillén
Candelaria de Polizones
Candelaria de Llaguepe
Candelaria de Ichuac
Candelaria de Quellón
Candelaria de Agoní
Candelaria de Aytui
Candelaria de Punucapa
Candelaria de Pichirropullí
Candelaria de Lago Ranco
Candelaria de Isla Mancera
Candelaria de Cocotué
Candelaria de Camino Nuevo
Candelaria de Quinterquén
Candelaria de Aucho
Candelaria de Linao
Candelaria de Dallico
Candelaria de Tey
Candelaria de Campulli
Candelaria de Huequecura
Candelaria de Pumol
Candelaria de Quinchilca
Candelaria de San José de la Mariquina
Cordero de Dios, que quitais los pecados del Mundo/Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitais los pecados del mundo/Escuchanos Señor
Cordero de Dios que quitais los pecados del mundo/Ten piedad de Nosotros
Las Tres Coronas
Fiscal: Virgen Purísima antes del parto
Fieles: Ruega por nosotros para que seamos castos
Dios te Salve...
Fiscal:Virgen Purísima en el Parto
Fieles:Ruega por nosotros para que seamos castos
Dios te salve...
Fiscal:Virgen Purísima después del Parto
Fieles:Ruega por nosotros para que seamos castos
Dios te Salve...
Oración Final
Oh Señor Jesucristo ilumina nuestros corazones, Luz verdadera, con el invisible fuego de la Caridad y con el resplandor nuevo de la Verdad. Sana la ceguera de nuestros pecados, para que iluminados por tu perdón podamos conocer lo que a ti te agrada, y es provechoso para nuestra salvación. Concede a nuestras familias el gozo de tu amor, la santidad de la Vida y la fraterna unión. Ayúdanos a ser propagadores de tus Luz, y concédenos la fuerza para no desfallecer en la misión de darte a conocer, Y permítenos alcanzar un día vivir en la luz que nunca se acaba, te lo pedimos por ti mismo redentor nuestro, que vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén.
Esta otra versión nos sirve para rezarla en familia o en solitario, de la manera tradicional católica
NOVENA
PARA HONRAR A LA BENDITISIMA VIRGEN MARIA MADRE DE DIOS EN LOS MISTERIOS DE
SU GLORIOSA PURIFICACION Y PRESENTACION DEL NIÑO JESUS EN EL TEMPLO
ESCRITA
POR MATEO ALCARAZ
LEON 1905
ACTO DE CONTRICION
¡Dulcísimo Jesús Salvador nuestro! La enormidad y
multitud de nuestros pecados debieran alejarnos de Vos, como indignos de parecer
en vuestra presencia; pero ¿á donde hemos de ir que no nos halléis culpables?
Vos ciertamente habéis contado todos nuestros pasos y sabéis cuántas son
nuestras iniquidades: nada de lo que hay en nuestro corazón puede ocultarse a
vuestros divinos ojos; más por grande que sea nuestra malicia, no puede ser
mayor que vuestra misericordia. Vos nos llamáis para que nos convirtamos, y en
virtud de este llamamiento, venimos a Vos arrepentidos. Os invocamos llenos de
confianza para que nos perdonéis: esperamos en vuestra mirada salvadora, y
nuestras almas serán vivificadas. Perdonadnos y reconciliadnos con Vos. Concedednos,
que, invocando a María Santísima en el misterio de su Purificación, por su
medio consigamos la gracia de nuestra justificación. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Bendita Madre de Jesús, Virgen María, que siendo
más pura que la luz, ¡os sujetasteis a una ley que solo podía obligar a las
mujeres manchadas! Nosotros os bendecimos cuando dirigís vuestros pasos al
templo llevando con Vos al Salvador del mundo. Delante de Dios os presentáis
como trono de zafiro en el firmamento angélico, en donde el Sol divino resplandeció;
más delante de los hombres aparecéis como una de tantas mujeres para darnos
lecciones de la más profunda humildad. que en Vos se vio el ornamento de toda
hermosura y decoro, el colmo de toda bondad y virtud, la delicia de toda
dulzura y suavidad, el tesoro de toda limpieza y puridad y ¿os habéis sujetado
a la ley de la purificación? !oh! ¡Cuánto habéis sido agradable a Dios por
vuestra humildad, a los ángeles por vuestra virginidad, a los hombres por
vuestra fecundidad! ¡Cuán elevada en vuestra humildad! Por tanto, os pedimos
que vuestra humildad abata nuestro orgullo; vuestra virginidad refrene nuestras
pasiones, vuestra maternidad divina forme en nuestras almas a Jesucristo, para
que amándolo en esta vida con todo nuestro corazón, merezcamos gozarlo en el
cielo, por vuestro medio, como el único centro de nuestra eterna felicidad.
Amén.
DÍA PRIMERO
¡Oh María! cuanto más habéis querido ocultaros y confundiros
con las hijas de Adán, tanto más resplandecéis ahora en el cielo por
vuestra pureza y humildad. en la tierra os confesasteis la esclava del Señor, y
en el cielo poseéis para siempre el imperio de todas las criaturas. ¡Oh Virgen
bendita! Alcanzadnos de Dios el dominio perfecto sobre nuestras pasiones, para
reinar con Vos en la gloria. Amén.
Tres
Ave Marías en la forma siguiente:
Dios te salve, María santísima Hija de Dios padre,
Virgen purísima antes del parto,
Ave
María.
Del Altísimo en la mente
¡Oh Virgen inmaculada!
Tu alma, existió siempre pura,
Hermosísima y sin mancha.
Como á Hija predilecta
Te adornó con toda gracia,
Para que fueses del cielo
Reina excelsa y soberana.
Por tal gloria y preeminencia
La celeste Sión te alaba,
Y te bendice diciendo:
(Todos) Que
eres Santa, Santa, Santa,
Dios te salve, María santísima, madre de Dios
Hijo, Virgen purísima en el parto.
Ave
María.
Para Madre de Dios Hijo
Abeterno destinada
¿Qué virtud no te convino?
¿Qué decoro no te exalta?
El Verbo eterno del Padre,
El que en tu seno se encarna,
Hizo que fueras a un tiempo
Virgen pura, Madre intacta.
¿Y anonadada confiesas
Que eres tú de Dios la esclava?
Por tanta humildad decimos:
(Todos) Que
eres Santa, Santa, Santa.
Dios te salve María santísima Esposa de Dios
Espíritu Santo, Virgen purísima después del parto.
Ave
María.
El Espíritu divino
Que para esposa te llama,
Aumenta más y embellece
El ornato de tus gracias.
En tu alma pura y bendita
Todos sus dones derrama,
Y el trono así del Excelso
Amantísima prepara.
¡Oh Reina cándida y pía,
Nuestra más dulce esperanza!
Con cuánto gozo decimos:
[Todos] Que
eres Santa, Santa, Santa.
Dios te salve, María santísima, Templo y Sagrario
de la beatísima Trinidad, Virgen concebida sin pecado original. Gloria......
GOZOS
Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
¡Y en la muerte nuestra guía!
De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Pobre don has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su gran soberanía.
Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina excelsa y pía,
Ana y Simeón conmovidos.
De Jesús a la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.
ORACIÓN FINAL
¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo nada
resiste a vuestro poder, nada se opone a vuestra fortaleza: a vuestra voz todo
se rinde, a vuestro imperio todo obedece. todo sirve a vuestra potestad. Concedednos,
por tanto, que para contrarrestar al infierno que en este siglo vomita
maldiciones contra Vos y contra vuestro corazón se parte de dolor, al ver
ultrajada vuestra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos destruir estos
agravios, aun a costa de nuestra vida; más ya que no merecemos gracia tan
insigne, queremos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instantes de
nuestra vida: queremos amar y bendecir a nuestro divino Salvador. Purificad
nuestra conciencia por la aplicación de los méritos de Jesús, y dadnos que todas
las acciones de nuestra vida sean conformes a la ley de nuestro santísimo Hijo.
Amén.
DÍA SEGUNDO
¡Oh Virgen hermosísima! vuestra profunda humildad nos
enseña a sujetarnos a la ley de la purificación, por medio del Sacramento de la
penitencia. Concedednos, por tanto, que, arrepentidos y contritos delante de
Dios, confesemos a su ministro todos nuestros pecados, para que recibiendo la
absolución que nos dé en nombre de Jesucristo, obtengamos la purificación de
nuestras almas y nos sujetemos a la debida satisfacción por nuestros pecados.
Amén.
DÍA TERCERO
¡Oh María! Vos presentáis en vuestra ofrenda dos
humildes palomas, símbolo de vuestro candor y sencillez; y no presentáis un
cordero porque con Vos lleváis al Cordero sin mancilla que quita los pecados
del mundo. ¿Qué mayor adorno podéis llevar que vuestra inocencia y castidad, y
qué mayor riqueza puede darse que ser Vos la Madre de Jesús? Concedednos que
seamos pobres de espíritu, y que poniendo en Dios nuestra esperanza, consigamos
por vuestros medios, nuestra salvación. Amén.
DÍA CUARTO
¡Oh
María! El Señor está con Vos, premiando vuestra humildad, coronando vuestra
virginidad, exaltando a vuestros devotos y confundiendo a vuestros enemigos. El
Niño Jesús va en vuestros brazos, anunciándonos un día feliz, como el lucero de
la mañana entre los fulgores del alba. ¡Oh Jesús! ¡Oh María! Disipad nuestras
tinieblas, sanad nuestras enfermedades, ahuyentad a nuestros enemigos y
concedednos la entrada en el reino de los cielos. Amén.
DÍA QUINTO
¡Oh María! siempre habéis sido el amparo universal de
la santa Iglesia y nuestro consuelo en la vida. Vos habéis escuchado nuestros
clamores, habéis curado nuestras enfermedades y os habéis esmerado en
protegernos. ¿Y cuál ha sido el objeto de vuestra maternal solicitud, sino que
Jesucristo reine en nuestros corazones? ¡Oh dulce Madre nuestra! ¿Cómo
expresaremos nuestra gratitud a vuestros beneficios? Queremos servir a nuestro
Dios y vuestro hijo amadísimo; queremos mudar de vida y hacer penitencia
por nuestros pecados. Convertidnos a Dios: sostened nuestros propósitos y
alcanzadnos el don de la perseverancia final. Amén.
DÍA SEXTO
Fué grande vuestro gozo ¡oh María! al oír las alabanzas
que el Santo anciano Simeón dirigió Ea vuestro Hijo bendito; pero ¿cuál fué
vuestro sentimiento al oír de boca del mismo anciano, que una espada de dolor
traspasaría vuestra alma dulcísima? La pasión y la muerte de vuestro
santísimo Hijo, ha venido a amargar los días más felices de vuestra vida.
Nosotros, por tanto, deseamos desde ahora estar con Vos junto a la cruz, y
asociarnos a vuestro llanto. Grabad en nosotros la muerte de Jesús y sus
preciosas llagas, para que arrepentidos de
nuestros pecados, logremos el fruto de nuestra redención
y de vuestras lágrimas. Amén.
DÍA SÉPTIMO
Dulcísimo Jesús Salvador nuestro: amabilísima María,
nuestra esperanza, después de Dios: ¡santísimo Patriarca Señor San José,
nuestro abogado y Protector! En este día venimos a Vosotros para contemplar
vuestra grandeza y alabaros; para recordar vuestra bondad y pediros vuestras
bendiciones; para ponernos bajo vuestro amparo, y esperarlo todo de vosotros.
¡Oh José! protegednos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
DÍA OCTAVO
Vos sois ¡oh María! el modelo perfecto de nuestra
vida, pues siendo tan pura y tan santa, os habéis presentado en el templo
para enseñarnos a impetrar allí nuestra justificación y a dar a dios rendidas
gracias por sus beneficios. Concedednos que, por vuestro medio, nos consagremos
a Dios, ofreciéndole todo nuestro ser, nuestro cuerpo y nuestra alma; y rindiéndole
el justo tributo de nuestra gratitud. Bendecidnos y consagradnos al Señor, para
que seamos libres de nuestros enemigos. Amén.
DIA NOVENO
Vuestra humildad ¡oh Virgen purísima por medio
del Salvador, purificó al mundo, nos redimió de la esclavitud del demonio
y nos abrió las puertas del cielo, ¡Con cuánta gratitud os damos gracias por
vuestras finezas! No nos dejéis perecer: dirigid nuestros pasos al cielo: amparadnos
en todo instante; y concedednos que, purificada nuestra alma con la sangre del Cordero,
cuando se
desprenda de nuestro cuerpo, sea presentada por Vos
en la presencia del Señor, para que se digne admitirla en el gremio de sus
escogidos. Amén.
TRIDUO A NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
—Se rezan tres Ave María
PRIMER DIA
¡Oh, dulcísima Madre de Dios y señora nuestra! Reina y Señora de las luces sagradas que nos conducen a tu amor; te contemplo Madre mía en tu devotísima imagen del misterio de la Purificación, aquella luz del primer día con que Dios ahuyentó las tinieblas de este mundo, has Amada Madre que te veamos en la gloria y consigamos lo que te pedimos en este triduo si es para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
Rezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve
ORACIÓN FINAL
DE TODOS LOS DÍAS
Omnipotente Señor, que, habiendo tomado nuestro ser humano, fuiste presentado en el Templo a Tu Eterno Padre por Tu Santísima Madre, que Te entregó primero a Simeón, que representaba a todo el mundo: Haznos el favor de concedernos lo que Te pedimos en esta Novena que consagramos a nuestra Patrona, Señora María de Candelaria. Sea este uno de los grandes continuos milagros, añadiéndose el de purificar nuestros afectos, para que acabando con gracia final la vida, Te besemos a Ti y a Tu Madre los sagrados pies en la gloria. Amén.
SEGUNDO DIA
Virgen Inmaculada de la Candelaria, tú que, siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, yendo con humildad y llenos de arrepentimientos al sacramento de la confesión, para recibir el perdón de Dios. Amén
Rezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve
TERCER DIA
Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, conscientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno. Amén
Rezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve—Se rezan tres Ave María
PRIMER DIA¡Oh, dulcísima Madre de Dios y señora nuestra! Reina y Señora de las luces sagradas que nos conducen a tu amor; te contemplo Madre mía en tu devotísima imagen del misterio de la Purificación, aquella luz del primer día con que Dios ahuyentó las tinieblas de este mundo, has Amada Madre que te veamos en la gloria y consigamos lo que te pedimos en este triduo si es para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amen.Rezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve
ORACIÓN FINALDE TODOS LOS DÍASOmnipotente Señor, que, habiendo tomado nuestro ser humano, fuiste presentado en el Templo a Tu Eterno Padre por Tu Santísima Madre, que Te entregó primero a Simeón, que representaba a todo el mundo: Haznos el favor de concedernos lo que Te pedimos en esta Novena que consagramos a nuestra Patrona, Señora María de Candelaria. Sea este uno de los grandes continuos milagros, añadiéndose el de purificar nuestros afectos, para que acabando con gracia final la vida, Te besemos a Ti y a Tu Madre los sagrados pies en la gloria. Amén.
SEGUNDO DIAVirgen Inmaculada de la Candelaria, tú que, siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, yendo con humildad y llenos de arrepentimientos al sacramento de la confesión, para recibir el perdón de Dios. AménRezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve
TERCER DIAVirgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, conscientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno. AménRezar un Padre Nuestro, tres Ave María y un Salve
Otra Novena a Nuestra Señora
ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS
Santísima Virgen y Madre de Dios, con que confianza llego a las aras de tu amor en tu agraciada imagen de la Candelaria. Pues si en ella favoreciste a los gentiles, que te ignoraban, yo, aunque indigno entre los fieles, ¿cómo dudare de tu amor? Si amas a quien no te conoce como se alienta con el misterio de tu purifican donde, como medianera nuestra ofreces al Padre Eterno por nosotros, por tu Unigénito Hijo, dando con esto superabundante satisfacción. Continua, Señora, tus sacrificios, haciendo que el Santo Nombre de Dios sea de todas las naciones adorado; pide Señora por la Santa Católica Iglesia y por la conversión de los infieles y pecadores; no olvides a los agonizantes y afligidos, ni los clamores del purgatorio, vean tus benignos ojos a todos los que te aclaman; y entre ellos oye, Señora mis clamores con los que suplico tu gracia sin ningún merecimiento, de lo que humillado adoro a la Trinidad beatísima, porque en ti se ostenta su magnificencia, a quien suplico por su original gracia y por privilegio singular de Virgen Madre, te dignes oír mi petición y asegurar mi salvación.
ORACIÓN
La primera palabra con que saludo el ángel a Nuestra Señora Reina es ave, Salve rosa celestial, amena para el gusto de Dios, seas de todas las naciones venerada, paraíso lleno de divina fragancia, ave rosa fecunda y florida, alégrate madre piadosa, rosa de caridad, que impartes suavidades a los que te alaban. Ave capitana invicta de las guerras, Reina de la paz, Ave Virgen de la Candelaria. Madre piadosa de los que invocan tu patrocinio; para alabar a señora convidemos a la capilla Angelical: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
(se rezan tres avemarías)
DÍA PRIMERO
¡Oh dulcísima Madre de Dios y señora nuestra! Yo considero en tu imagen y por tu título de Candelaria, Reina y Señora de las luces sagradas que por cuyo medio nos quiere conducir tu amor a la Eterna patria y por eso, siguiente este seguro norte, te contemplo señora en tu devotísima imagen del misterio de la Purificación, aquella luz del primer día con que hermoseo Dios al mundo que fue complacencia de sus ojos ahuyentando las tinieblas: yo reverencio la diligencia de tu piedad, con que terminando la larga noche de la antigua ley, alumbraste a los gentiles con la divina claridad que lograron los afortunados de este territorio cuando su antiguo conquistador en esta iglesia está tu Sagrada imagen de la Candelaria, para reducirlos a la santa Fe destierra, Señora de nosotros la noche de la culpa, conservándonos el tesoro de la gracia santa: que te veamos en la gloria y consigamos lo que te pedimos en esta novena si es para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA SEGUNDO
La segunda palabra de la salutación angelical es María que quiere decir mar de dulzuras y suavidades estelares del mar. Eres, Señora Nuestra de la Candelaria la que guías a todos tus devotos que navegan en estos ríos del Cauca y Magdalena; y tu templo y santuario se encuentran colocados en las espesuras de estos montes. Llenando sus almas de gozo y sus corazones de júbilo, dándoles la salud que humildes le imploran. Yo señora, soy un pecador que camina errado en este mar del mundo, se mi estrella y guía por tu sagrado nombre de María, logre yo el no perder de vista el norte que nos guía al deseado puerto, pues desde hoy propongo embarcarme en la nave de tu protección, venerando el nombre de María en tu milagrosa imagen de la Candelaria y a cada instante diciendo ¡viva María! y con la capilla celestial: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Reina de los ángeles yo te venero en tu hermosísima imagen de la Candelaria luz del sol que llevas en tus brazos al templo de la verdadera salud quitando todo el orbe para alumbrar a toda criatura; alcánzanos, Señora, tu luz pues la del sol derrama sobre buenos y malos, para que inflamados nuestros corazones logremos vivir en gracia y nos hagamos dignos de tus favores y del que necesitamos en esta novena Amen.
DÍA TERCERO
La tercera palabra de la salutación angelical es (gratia plena), llena eres de gracia, mar inmenso donde se congregan todos los ríos, en ti, señora están como en su seno las aguas de todo el mar presas. en ti, Señora de la Candelaria, se venera el universal dominio sobre las aguas, a tu inmenso imperio obedecen, a tu nombre las soberbias olas de las enfermedades se humillan, al oír el soberano nombre de la Candelaria se confunden y temerosas huyen las calamidades; llena eres de gracia para repartir favores pues nos libras de males y nos llenas de bienes. Todas las gracias, favores y beneficios nos viene por tus respetos, salga yo Señora. por tu amparo y patrocinio del salobre mar de la culpa al mar de la gracia y convidemos a los ángeles para alabar a la Señora. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh Señora y Madre de Misericordia! que apareciste con esa antorcha en la mano como la mujer de la dracma perdida para que el ciego público no descubriese al deseado Mesías para consuelo y refugio de los atribulados. Ilustrad divina Reina, nuestro conocimiento para que, comprendiendo la pérdida de un Dios, por vuestros méritos logremos hallarle para no perderle hasta gozarlo por toda la eternidad y la gracia que pedimos en esta novena. Amen.
DÍA CUARTO
La cuarta palabra de la saludación angelical es: "dominus tecum". El señor es contigo, porque en ti descansa el Señor y apacentar de la virginal azucena de tus virtudes, en ti esta un Dios como en su magnífico templo elevado trono, casa real, palacio hermoso. El Señor es contigo. Alégrate Reina de los ángeles, Señora de los Profetas, Corona de los Apóstoles, honra de los mártires, alegría de los serafines, santos y justos, consuelo mundo, clarín sonoro, cielo purísimo, mar por donde se conducen las almas al cielo. Por honraros, Señora, gozoso quisiera tener un millón de lenguas, e ir repitiendo: el Señor es contigo para hacer memoria de cuando el estuvo en tu vientre como segura y gustosa nave. ¡Oh, Madre piadosísima! alcánzanos por el amor que tienes a tu hijo Jesús, deseos fervorosos de servirte diciendo: El Señor es contigo y humilde con la mayor devoción en la capilla angelical. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Madre de gracia que en tu maravillosa imagen muestras que eres la iluminadora del mundo concedida por Dios a los gentiles como lo canto Simeón y lo experimentaron los fieles, haz que experimentemos la luz que nos comunicas y logremos tus devotos divinos favores y la gracia que te pedimos en esta novena si es para bien de nuestras almas. Amen.
DÍA QUINTO
La quinta palabra de la salutación angelical es: "Benedicta tu in mulieribus": bendita eres entre las mujeres, solo tú, Señora, eres virgen fecunda, virgen madre, tierna virgen que nos das el grano puro, Dios humanado, única, singular, y hermosa entre las mujeres como el sol fuente, raíz y origen de nuestra dicha; al verte Señora, tan singular lucir entre las mujeres, todos te deseamos repetir con ternura del corazón, celestial princesa, hermosa reina seas mil veces en hora buena y pregones las criaturas todas, que eres bendita entre las mujeres, a ti Señora, la honra, la gloria, y el honor; bendita eres de Dios, benditos son todos en tu bendición, así pues Madre y Señora, nosotros lo seamos por tu intercesión, alcancemos que tu hijo Jesús en el último día nos bendiga y diga venid benditos de mi padre y por alabar a la Reina del cielo convidemos a la capilla celestial; Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! hermosísima columna de nubes que en radiante blancura simboliza tu caridad y tu pureza; tus fulgores mostraron a los gentiles al Deseado de las naciones e iluminan a cuantos te invocan, has señora que guiados de la luz de tus inspiraciones resucitemos de la muerte del pecado a la vida de la gloria y por tu poderosísima intercesión alcancemos lo que te pedimos en esta novena si es para gloria de tu santísimo Hijo y provecho de nuestras almas. Amen.
DÍA SEXTO
La sexta palabra contenida en el Ave María es: "Benedictus fructuos ventris tui", bendito el fruto de tu vientre Jesús que fue la salutación de santa Isabel a Nuestra gran Reina y Señora; Cristo Nuestro Señor es el fruto de tu vientre virginal y si la bondad del fruto da a conocer el árbol, ¿cuáles serán tus perfecciones? Si tú, oh María, eres el árbol que produjo tan soberano fruto, nuestro Jesús, oh! sagrada virgen, por ti nos vino la primavera, se vistió al mundo de hermosas flores, cantan alegres de aves y corren gozosas las fuentes, porque vino Jesús fruto de tu vientre; fruto dulce, piadoso y benigno; todo lo logramos tus devotos por ser el Señor fruto de tu vientre; por eso dices, oh María! lleguen los mortales a mí, venid que sois el árbol virginal, gustad de mis dulzuras, Bendígante pues señora, todas las naciones, haz madre amabilísima que no cesemos de repetir con devoción: bendito el fruto de tu vientre Jesús y convidando a la capilla angelical; digamos todos. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! peregrina luz por cuyo medio se conoce la verdadera luz que alumbra el mundo en cuyo resplandor conoció al profeta, al prometido mesías, y los gentiles al verdadero Dios y con ella favoreces a los que te invocan, ilustra, señora, nuestros entendimientos para que reconociendo tus singulares cariños para con tus devotos nos empleemos en amarte y servirte de todo corazón y nos consigas de su majestad lo que te pedimos en esta novena. Amen.
DÍA SÉPTIMO
La séptima palabra del Ave María es: "Santa María Madre de Dios" te llamamos señora porque eres con toda verdad propia Madre de Dios; excelencia tan grande que los cielos se admiran, los ángeles enmudecen, los serafines se asombran; dignidad tan suprema que es infinitamente incomprensible; que contiene en si bondad, sabiduría y amor, todos te alaben Soberana Emperatriz, todos te bendigan diciendo: Santa María Madre de Dios; posees Señora títulos hermosos, dignidades tan supremas, solo es trono digno de tu grandeza la diestra de tu Hijo, en el divino solio los más elevados serafines te veneran, Santa Madre de Dios frecuentemente te alabamos diciendo: Santa María Madre de Dios, alcánzanos, señora por tu grande amor que amemos a Dios con todo nuestro corazón, que con los ángeles te alaben las demás criaturas diciendo:
Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
Oh! gloriosísima Reina de los Ángeles y de los santos que ocupando una mano en sostener tu precioso Hijo, tienes en la otra una encendida antorcha representación por las buenas obras por falta de las cuales no merecieron los indios conocer al Señor en su primera venida y con ella alumbres a los que de corazón te invocan; haz, Señora, que tus fieles tengamos en nuestras manos estas luces para con ellas lograr tus bendiciones y benignas influencias que ya debemos a tu amor tener tan incomparable tesoro en tu imagen peregrina y que alcancemos por tus piedades en esta novena si es para gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA OCTAVO
La octava palabra que contiene el Ave María es "ora pro nobis peccatoribus", ruega señora por nosotros pecadores, oh! piadosísima obligada de los pecadores en todo tiempo, pues jamás ha llegado alguno que no experimente tus piedades, Madre eres de Dios y madre de Pecadores; bien tiene experimentada esta verdad la iglesia; con razón te llama esposa purísima bañada del divino sol que resplandeciente con la luz del sol Jesús, introduce sus divinos influjos en el más mísero pecador, para todos eres amparo, a todos miras como madre y como obligada sin cesar a rogar por nosotros. ¿Qué fuera de los pecadores y del mundo, sin María? Eres señora nuestro arco iris de paz, Reina de clemencia, el infierno se llena de coraje al ver el maternal amor con que nos amas; Bendígante los cielos y la tierra por tu maternal amor, tu excesiva caridad y clemencia digamos: "ruega por nosotros pecadores" y convidemos a los ángeles que nos ayuden a agradecer tantos favores diciendo: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! prudentísima reina de las vírgenes, esposa la más querida del divino esposo a cuyo encuentro no salieron los judíos cuando eran llamados a las bodas pues no habían preparado sus lamparas con el aceite de la verdadera caridad, me complazco en considerarte derramando el aceite de los divinos dones en las inteligencias de los pobres gentiles para llevarlos al conocimiento del verdadero Dios. No permitas Señora se apague en nosotros la luz de la caridad por falta del óleo de buenas obras, pues tu luz inextinguible se mantiene propicia para todos y alcánzanos de su Majestad lo que pedimos en esta novena ha mayor honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA NOVENO
La última palabra que se contiene en el Ave María es: "Ahora y en la hora de nuestra muerte". Tu Madre, soberana, Emperatriz poderosa, habrás de ser mi protectora y abogada, habrás de ser la luz de mis ojos, gozo del corazón, defensa única de mis enemigos, rayo y vela que disipa las astucias dobladas del demonio, consuelo en los desmayos del corazón, aliento del alma, luz del entendimiento, enciende mi voluntad. Oh, virgen milagrosa de la Candelaria, fortaleza mía, se mi estrella y mi norte en el peligroso mar de amargura; no me opriman las olas y tempestades de las tentaciones, no me sumerja el viento de la presunción, no me despedace el escollo de la desesperación, socorre, señora, la miserable nave de mi alma, para que guiado de tu luz llegue al puerto deseado; ruega señora, por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte espero Madre y señora de la Candelaria no padecer naufragios y derrotas alguna en aquella hora; eres señora, toda mi esperanza: desde ahora te doy las gracias y deseo te alaben todas las criaturas con la capilla angelical diciendo: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Emperatriz, soberana de todo lo creado que en el día de tu purificación manifestaste al mundo en el majestuoso trono de tus brazos, la lumbre divina y gloria de tu pueblo que ahora veneramos en tu sacratísima imagen, luz especialista de los gentiles, que los hizo pueblo amado de Dios y los condujo a la prometida gloria, y con esta misma luz soberana, como hijos de tu luz, líbranos Señora de los incendios, eternos para conseguir la eterna claridad de la gloria por tu poderosísima intercesión lo que te pedimos en esta novena para mayor honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas.
GOZOS
Pues sois de los pecadores
el amparo y la alegría:
Oh madre clemente y pía escuchad nuestros clamores.
Si en nuestra imagen hermosa
De Candelaria encontramos
Todo el bien que deseamos
En esta vida penosa;
Si en todo tiempo graciosa
Dispensáis vuestros favores
Con franca soberanía.
Fénix de amor renovada
Para remediar al hombre
Ostentáis este renombre
En vuestra imagen sagrada
Se aumentan más los ardores
De vuestro amor cada día.
Como aquella nubecilla
Que Elías vio en el Carmelo
Así por nuestro consuelo
Abriste esta maravilla
De una oscura imagencilla
Salieron nuevos primores
Que son asombros del día.
Que copiosa, que incesante
Es la lluvia soberana
De milagro con que ufana
Loa benéficos amantes,
No se dan ningún instante
Sin que derrame fervores
Con general bizarría.
Todo el que ora confiado
Y con sincera intención
Vuestro amparo y protección
Salió siempre consolado,
Infinitos han tornado
En delicias sus dolores
Porque os buscaron guía.
No hay enfermedad penosa
Mal trabajo ni desgracia
Que vos con pronta eficacia
No remedies generosa
Si es que con fe fervorosa
Quien busca vuestro consuelo
De los vicios se desvía.
Todo el reino granadino
Lo confiesa ufano
Porque jamás clamo en vano
A nuestro auxilio divino
Como madre el más peregrino
En sus congojas mayores
Le habéis dado la alegría.
Casa común del consuelo
En vuestro templo sagrado
Pues en el habéis franqueado
Vuestro maternal desvelo,
Por eso con tanto anhelo
Sin recelos ni temores.
Santísima Virgen y Madre de Dios, con que confianza llego a las aras de tu amor en tu agraciada imagen de la Candelaria. Pues si en ella favoreciste a los gentiles, que te ignoraban, yo, aunque indigno entre los fieles, ¿cómo dudare de tu amor? Si amas a quien no te conoce como se alienta con el misterio de tu purifican donde, como medianera nuestra ofreces al Padre Eterno por nosotros, por tu Unigénito Hijo, dando con esto superabundante satisfacción. Continua, Señora, tus sacrificios, haciendo que el Santo Nombre de Dios sea de todas las naciones adorado; pide Señora por la Santa Católica Iglesia y por la conversión de los infieles y pecadores; no olvides a los agonizantes y afligidos, ni los clamores del purgatorio, vean tus benignos ojos a todos los que te aclaman; y entre ellos oye, Señora mis clamores con los que suplico tu gracia sin ningún merecimiento, de lo que humillado adoro a la Trinidad beatísima, porque en ti se ostenta su magnificencia, a quien suplico por su original gracia y por privilegio singular de Virgen Madre, te dignes oír mi petición y asegurar mi salvación.
ORACIÓN
La primera palabra con que saludo el ángel a Nuestra Señora Reina es ave, Salve rosa celestial, amena para el gusto de Dios, seas de todas las naciones venerada, paraíso lleno de divina fragancia, ave rosa fecunda y florida, alégrate madre piadosa, rosa de caridad, que impartes suavidades a los que te alaban. Ave capitana invicta de las guerras, Reina de la paz, Ave Virgen de la Candelaria. Madre piadosa de los que invocan tu patrocinio; para alabar a señora convidemos a la capilla Angelical: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
(se rezan tres avemarías)
DÍA PRIMERO
¡Oh dulcísima Madre de Dios y señora nuestra! Yo considero en tu imagen y por tu título de Candelaria, Reina y Señora de las luces sagradas que por cuyo medio nos quiere conducir tu amor a la Eterna patria y por eso, siguiente este seguro norte, te contemplo señora en tu devotísima imagen del misterio de la Purificación, aquella luz del primer día con que hermoseo Dios al mundo que fue complacencia de sus ojos ahuyentando las tinieblas: yo reverencio la diligencia de tu piedad, con que terminando la larga noche de la antigua ley, alumbraste a los gentiles con la divina claridad que lograron los afortunados de este territorio cuando su antiguo conquistador en esta iglesia está tu Sagrada imagen de la Candelaria, para reducirlos a la santa Fe destierra, Señora de nosotros la noche de la culpa, conservándonos el tesoro de la gracia santa: que te veamos en la gloria y consigamos lo que te pedimos en esta novena si es para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA SEGUNDO
La segunda palabra de la salutación angelical es María que quiere decir mar de dulzuras y suavidades estelares del mar. Eres, Señora Nuestra de la Candelaria la que guías a todos tus devotos que navegan en estos ríos del Cauca y Magdalena; y tu templo y santuario se encuentran colocados en las espesuras de estos montes. Llenando sus almas de gozo y sus corazones de júbilo, dándoles la salud que humildes le imploran. Yo señora, soy un pecador que camina errado en este mar del mundo, se mi estrella y guía por tu sagrado nombre de María, logre yo el no perder de vista el norte que nos guía al deseado puerto, pues desde hoy propongo embarcarme en la nave de tu protección, venerando el nombre de María en tu milagrosa imagen de la Candelaria y a cada instante diciendo ¡viva María! y con la capilla celestial: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Reina de los ángeles yo te venero en tu hermosísima imagen de la Candelaria luz del sol que llevas en tus brazos al templo de la verdadera salud quitando todo el orbe para alumbrar a toda criatura; alcánzanos, Señora, tu luz pues la del sol derrama sobre buenos y malos, para que inflamados nuestros corazones logremos vivir en gracia y nos hagamos dignos de tus favores y del que necesitamos en esta novena Amen.
DÍA TERCERO
La tercera palabra de la salutación angelical es (gratia plena), llena eres de gracia, mar inmenso donde se congregan todos los ríos, en ti, señora están como en su seno las aguas de todo el mar presas. en ti, Señora de la Candelaria, se venera el universal dominio sobre las aguas, a tu inmenso imperio obedecen, a tu nombre las soberbias olas de las enfermedades se humillan, al oír el soberano nombre de la Candelaria se confunden y temerosas huyen las calamidades; llena eres de gracia para repartir favores pues nos libras de males y nos llenas de bienes. Todas las gracias, favores y beneficios nos viene por tus respetos, salga yo Señora. por tu amparo y patrocinio del salobre mar de la culpa al mar de la gracia y convidemos a los ángeles para alabar a la Señora. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh Señora y Madre de Misericordia! que apareciste con esa antorcha en la mano como la mujer de la dracma perdida para que el ciego público no descubriese al deseado Mesías para consuelo y refugio de los atribulados. Ilustrad divina Reina, nuestro conocimiento para que, comprendiendo la pérdida de un Dios, por vuestros méritos logremos hallarle para no perderle hasta gozarlo por toda la eternidad y la gracia que pedimos en esta novena. Amen.
DÍA CUARTO
La cuarta palabra de la saludación angelical es: "dominus tecum". El señor es contigo, porque en ti descansa el Señor y apacentar de la virginal azucena de tus virtudes, en ti esta un Dios como en su magnífico templo elevado trono, casa real, palacio hermoso. El Señor es contigo. Alégrate Reina de los ángeles, Señora de los Profetas, Corona de los Apóstoles, honra de los mártires, alegría de los serafines, santos y justos, consuelo mundo, clarín sonoro, cielo purísimo, mar por donde se conducen las almas al cielo. Por honraros, Señora, gozoso quisiera tener un millón de lenguas, e ir repitiendo: el Señor es contigo para hacer memoria de cuando el estuvo en tu vientre como segura y gustosa nave. ¡Oh, Madre piadosísima! alcánzanos por el amor que tienes a tu hijo Jesús, deseos fervorosos de servirte diciendo: El Señor es contigo y humilde con la mayor devoción en la capilla angelical. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Madre de gracia que en tu maravillosa imagen muestras que eres la iluminadora del mundo concedida por Dios a los gentiles como lo canto Simeón y lo experimentaron los fieles, haz que experimentemos la luz que nos comunicas y logremos tus devotos divinos favores y la gracia que te pedimos en esta novena si es para bien de nuestras almas. Amen.
DÍA QUINTO
La quinta palabra de la salutación angelical es: "Benedicta tu in mulieribus": bendita eres entre las mujeres, solo tú, Señora, eres virgen fecunda, virgen madre, tierna virgen que nos das el grano puro, Dios humanado, única, singular, y hermosa entre las mujeres como el sol fuente, raíz y origen de nuestra dicha; al verte Señora, tan singular lucir entre las mujeres, todos te deseamos repetir con ternura del corazón, celestial princesa, hermosa reina seas mil veces en hora buena y pregones las criaturas todas, que eres bendita entre las mujeres, a ti Señora, la honra, la gloria, y el honor; bendita eres de Dios, benditos son todos en tu bendición, así pues Madre y Señora, nosotros lo seamos por tu intercesión, alcancemos que tu hijo Jesús en el último día nos bendiga y diga venid benditos de mi padre y por alabar a la Reina del cielo convidemos a la capilla celestial; Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! hermosísima columna de nubes que en radiante blancura simboliza tu caridad y tu pureza; tus fulgores mostraron a los gentiles al Deseado de las naciones e iluminan a cuantos te invocan, has señora que guiados de la luz de tus inspiraciones resucitemos de la muerte del pecado a la vida de la gloria y por tu poderosísima intercesión alcancemos lo que te pedimos en esta novena si es para gloria de tu santísimo Hijo y provecho de nuestras almas. Amen.
DÍA SEXTO
La sexta palabra contenida en el Ave María es: "Benedictus fructuos ventris tui", bendito el fruto de tu vientre Jesús que fue la salutación de santa Isabel a Nuestra gran Reina y Señora; Cristo Nuestro Señor es el fruto de tu vientre virginal y si la bondad del fruto da a conocer el árbol, ¿cuáles serán tus perfecciones? Si tú, oh María, eres el árbol que produjo tan soberano fruto, nuestro Jesús, oh! sagrada virgen, por ti nos vino la primavera, se vistió al mundo de hermosas flores, cantan alegres de aves y corren gozosas las fuentes, porque vino Jesús fruto de tu vientre; fruto dulce, piadoso y benigno; todo lo logramos tus devotos por ser el Señor fruto de tu vientre; por eso dices, oh María! lleguen los mortales a mí, venid que sois el árbol virginal, gustad de mis dulzuras, Bendígante pues señora, todas las naciones, haz madre amabilísima que no cesemos de repetir con devoción: bendito el fruto de tu vientre Jesús y convidando a la capilla angelical; digamos todos. Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! peregrina luz por cuyo medio se conoce la verdadera luz que alumbra el mundo en cuyo resplandor conoció al profeta, al prometido mesías, y los gentiles al verdadero Dios y con ella favoreces a los que te invocan, ilustra, señora, nuestros entendimientos para que reconociendo tus singulares cariños para con tus devotos nos empleemos en amarte y servirte de todo corazón y nos consigas de su majestad lo que te pedimos en esta novena. Amen.
DÍA SÉPTIMO
La séptima palabra del Ave María es: "Santa María Madre de Dios" te llamamos señora porque eres con toda verdad propia Madre de Dios; excelencia tan grande que los cielos se admiran, los ángeles enmudecen, los serafines se asombran; dignidad tan suprema que es infinitamente incomprensible; que contiene en si bondad, sabiduría y amor, todos te alaben Soberana Emperatriz, todos te bendigan diciendo: Santa María Madre de Dios; posees Señora títulos hermosos, dignidades tan supremas, solo es trono digno de tu grandeza la diestra de tu Hijo, en el divino solio los más elevados serafines te veneran, Santa Madre de Dios frecuentemente te alabamos diciendo: Santa María Madre de Dios, alcánzanos, señora por tu grande amor que amemos a Dios con todo nuestro corazón, que con los ángeles te alaben las demás criaturas diciendo:
Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
Oh! gloriosísima Reina de los Ángeles y de los santos que ocupando una mano en sostener tu precioso Hijo, tienes en la otra una encendida antorcha representación por las buenas obras por falta de las cuales no merecieron los indios conocer al Señor en su primera venida y con ella alumbres a los que de corazón te invocan; haz, Señora, que tus fieles tengamos en nuestras manos estas luces para con ellas lograr tus bendiciones y benignas influencias que ya debemos a tu amor tener tan incomparable tesoro en tu imagen peregrina y que alcancemos por tus piedades en esta novena si es para gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA OCTAVO
La octava palabra que contiene el Ave María es "ora pro nobis peccatoribus", ruega señora por nosotros pecadores, oh! piadosísima obligada de los pecadores en todo tiempo, pues jamás ha llegado alguno que no experimente tus piedades, Madre eres de Dios y madre de Pecadores; bien tiene experimentada esta verdad la iglesia; con razón te llama esposa purísima bañada del divino sol que resplandeciente con la luz del sol Jesús, introduce sus divinos influjos en el más mísero pecador, para todos eres amparo, a todos miras como madre y como obligada sin cesar a rogar por nosotros. ¿Qué fuera de los pecadores y del mundo, sin María? Eres señora nuestro arco iris de paz, Reina de clemencia, el infierno se llena de coraje al ver el maternal amor con que nos amas; Bendígante los cielos y la tierra por tu maternal amor, tu excesiva caridad y clemencia digamos: "ruega por nosotros pecadores" y convidemos a los ángeles que nos ayuden a agradecer tantos favores diciendo: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! prudentísima reina de las vírgenes, esposa la más querida del divino esposo a cuyo encuentro no salieron los judíos cuando eran llamados a las bodas pues no habían preparado sus lamparas con el aceite de la verdadera caridad, me complazco en considerarte derramando el aceite de los divinos dones en las inteligencias de los pobres gentiles para llevarlos al conocimiento del verdadero Dios. No permitas Señora se apague en nosotros la luz de la caridad por falta del óleo de buenas obras, pues tu luz inextinguible se mantiene propicia para todos y alcánzanos de su Majestad lo que pedimos en esta novena ha mayor honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.
DÍA NOVENO
La última palabra que se contiene en el Ave María es: "Ahora y en la hora de nuestra muerte". Tu Madre, soberana, Emperatriz poderosa, habrás de ser mi protectora y abogada, habrás de ser la luz de mis ojos, gozo del corazón, defensa única de mis enemigos, rayo y vela que disipa las astucias dobladas del demonio, consuelo en los desmayos del corazón, aliento del alma, luz del entendimiento, enciende mi voluntad. Oh, virgen milagrosa de la Candelaria, fortaleza mía, se mi estrella y mi norte en el peligroso mar de amargura; no me opriman las olas y tempestades de las tentaciones, no me sumerja el viento de la presunción, no me despedace el escollo de la desesperación, socorre, señora, la miserable nave de mi alma, para que guiado de tu luz llegue al puerto deseado; ruega señora, por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte espero Madre y señora de la Candelaria no padecer naufragios y derrotas alguna en aquella hora; eres señora, toda mi esperanza: desde ahora te doy las gracias y deseo te alaben todas las criaturas con la capilla angelical diciendo: Venid ángeles, arcángeles, querubines, serafines . y toda la corte celestial; venid a enseñarme con afectos fervorosos a decir Ave, a saludar a la madre de los pecadores y señora nuestra; venid llamad a las puertas de sus piadosos oídos. A las puertas de su clemencia ¡oh soberana reina! espera un alma que desea publicar sus beneficios recibidos por tu imagen de Candelaria; Ave cándida y hermosa paloma que en tu purificación misteriosa traes en las manos el ramo de olivo, nuestro Jesús y nuestro Redentor; ya señora se acabaron los enojos, ya ceso el diluvio, ya se aplaco la justicia divina, ya todo es misericordia; las guerras fenecen, la tranquilidad se experimenta porque la paloma trae el ramo de olivo. María Señora Nuestra y soberana en estos montes, y sus devotos se regocijan de tener tal amparo y protección que con sus ruegos sean oídas nuestras humildes suplicas que hacemos en esta novena. Amen.
ORACIÓN
¡Oh! Emperatriz, soberana de todo lo creado que en el día de tu purificación manifestaste al mundo en el majestuoso trono de tus brazos, la lumbre divina y gloria de tu pueblo que ahora veneramos en tu sacratísima imagen, luz especialista de los gentiles, que los hizo pueblo amado de Dios y los condujo a la prometida gloria, y con esta misma luz soberana, como hijos de tu luz, líbranos Señora de los incendios, eternos para conseguir la eterna claridad de la gloria por tu poderosísima intercesión lo que te pedimos en esta novena para mayor honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas.
GOZOS
Pues sois de los pecadores
el amparo y la alegría:
Oh madre clemente y pía escuchad nuestros clamores.
Si en nuestra imagen hermosa
De Candelaria encontramos
Todo el bien que deseamos
En esta vida penosa;
Si en todo tiempo graciosa
Dispensáis vuestros favores
Con franca soberanía.
Fénix de amor renovada
Para remediar al hombre
Ostentáis este renombre
En vuestra imagen sagrada
Se aumentan más los ardores
De vuestro amor cada día.
Como aquella nubecilla
Que Elías vio en el Carmelo
Así por nuestro consuelo
Abriste esta maravilla
De una oscura imagencilla
Salieron nuevos primores
Que son asombros del día.
Que copiosa, que incesante
Es la lluvia soberana
De milagro con que ufana
Loa benéficos amantes,
No se dan ningún instante
Sin que derrame fervores
Con general bizarría.
Todo el que ora confiado
Y con sincera intención
Vuestro amparo y protección
Salió siempre consolado,
Infinitos han tornado
En delicias sus dolores
Porque os buscaron guía.
No hay enfermedad penosa
Mal trabajo ni desgracia
Que vos con pronta eficacia
No remedies generosa
Si es que con fe fervorosa
Quien busca vuestro consuelo
De los vicios se desvía.
Todo el reino granadino
Lo confiesa ufano
Porque jamás clamo en vano
A nuestro auxilio divino
Como madre el más peregrino
En sus congojas mayores
Le habéis dado la alegría.
Casa común del consuelo
En vuestro templo sagrado
Pues en el habéis franqueado
Vuestro maternal desvelo,
Por eso con tanto anhelo
Sin recelos ni temores.
Novena a Nuestra Señora de la Candelaria de Tenerife
NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE CANDELARIA DE TENERIFE
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen Santísima de Candelaria, dulcísima Madre y Patrona nuestra, que con innumerables prodigios habéis querido en todo tiempo mostrar el especial amor, con que distinguís a los habitantes de estas Islas Canarias, que bajo este título os invocan. Sed también para nosotros cariñosa Madre, ya que firmemente proponemos portarnos siempre como verdaderos y devotos hijos. Amén.
DÍA PRIMERO
ORACION
En la playa de Chimisay, oh Virgen de Candelaria, Reina y Señora nuestra, te dignaste aparecer a dos sencillos pastores, para darnos a entender cuanto te agradan a Tí y a tu Divino Hijo la humildad de corazón y la sencillez de la vida. Alcánzanos del Señor por tu inter~ cesión poderosa la gracia de una verdadera humildad en obras, en palabras y en sentimientos, a fin de que se cumpla en nosotros la evangélica promesa: El que se humilla será ensalzado.
Tres Ave Marías a la Santísima Virgen de Candelaria para que nos alcance con su intercesión las tres principales virtudes: caridad, humildad y pureza de corazón.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Llenos de confianza, oh tierna Madre de Candelaria, abrimos ante Ti nuestro corazón; y envuelta en santos propósitos con deseos de ser mejores y crecer más cada día en nuestra devoción hacia Tí, te ofrecemos nuestra súplica, poniendo en tus manos el remedio de nuestras necesidades. Atended, piadosa, nuestros ruegos, oh Virgen de Candelaria, para que una vez más puedan ensalzar vuestra bondad, vuestro amor y vuestra misericordia los hombres en la tierra y los ángeles en el cielo. Amén.
DIA SEGUNDO
ORACIÓN
Antes de que se anunciase en estas islas el Evangelio de tu Divino Hijo Jesucristo, o Stma. Virgen de Candelaria, ya quisiste ser honrada, a su manera, por aquellos sus pobres habitantes y distinguirlos con tus maternales favores, a fin de preparar en sus almas los caminos de la fé, que sus hermanos de España habrían de predicarles. También hoy, o tierna Madre, necesitamos que Tu nos alcances una gran fortaleza para profesar y defender ante la faz del mundo nuestra fé, a fin de que en el día del Juicio cumpla también en nosotros Jesucristo u palabra: El que me confesare a mí delante de los hombres. Yo le confesaré también a él ante los ángeles del cielo.
DIA TERCERO
ORACIÓN
Durante muchos años, o Reina y Señora de Candelaria, quisiste morar en una humilde cueva, la de Chinguaro primero y poco después la de Advinico, como en tu vida mortal quisiste morar algún tiempo en el portal o cueva pobrísima de Belén, donde diste a luz al Redentor del mundo. Concédenos oh dulcísima Madre, que siguiendo tus ejemplos seamos también nosotros en verdad pobres de espíritu, resignados y contentos con los trabajos y privaciones de la vida, para que alcancemos el premio que el Señor promete: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
DIA CUARTO
ORACIÓN
Todo vuestro esfuerzo, o Sma. Virgen de Candelaria, lo mismo cuando vivíais sobre la tierra, que cuando ya reinas en el cielo y en los altares, es hacer que los hombres conozcan más y más a vuestro Divino Hijo Jesucristo, y conociéndole mejor, con todas sus fuerzas le amen. Y porque en ese amor está todo nuestro bien, ayudadnos, dulce Madre, a amar a vuestro Jesús con todas nuestras fuerzas a fin de merecer, que Él nos ame, y aplicando a nuestras almas su Sangre redentora nos dé en la tierra su gracia y en el cielo la gloria eterna.
DIA QUINTO
ORACIÓN
La señal que Jesús nos dió para saber quiénes son sus discípulos, o Sma Virgen de Candelaria, es que nos amemos los unos a los otros. Nadie es discípulo de Jesús, es decir, nadie es cristiano de veras, sino siente y ejercita la caridad para con el prójimo. Nosotros somos cristianos y de veras queremos serlo. Alcanzadnos, o dulcísima Madre, un sincero y eficaz amor de caridad para con nuestros prójimos, hasta para con nuestros mismos enemigos, a fin de que Jesús por discípulos suyos nos reconozca y en el último día nos lleve a su santo Reino.
DIA SEXTO
ORACIÓN
Ninguna pasión acaso pierde a tantas almas, o Virgen de las Vírgenes, Reina y Señora de Candelaria, como la pasión inmunda de la sensualidad; y ninguna virtud capacita para ver a Dios y tratarle como la virtud de la pureza. Por eso Vos, o dulcísima María, quiso el Señor, que, aun siendo Madre suya, permanecieseis siempre Virgen Inmaculada. Por este privilegio especialísimo, que Dios os concedió, alcanzadnos, purísima Madre nuestra, la gracia de dominar nuestros instintos bestiales, siendo puros en obras, en palabras y en pensamientos, para que merezcamos algún día ver cumplirse en nosotros la promesa de Jesús: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
DIA SEPTIMO
ORACIÓN
Las luchas de la vida nos agobian, o Sma. Virgen de Candelaria; los trabajos y sufrimientos de todo género nos hacen muchas veces irritarnos y ofender a Dios y nos ponen a punto de desfallecer: Y así perdemos el mérito; y en vez de disminuir. nuestros sufrimientos se aumentan; ¿quién nos dará la paciencia que necesitamos, sino Vos dulce Madre. ¿Reina de los Mártires, que en tus dolores y soledad fuiste un modelo perfecto de fortaleza y sumisión a Dios? Haz que llevemos siempre en el alma el consuelo prometido a los que por Dios padecen: Bienaventurados los que llevan porque ellos serán consolados.
DIA OCTAVO
ORACIÓN
Somos hijos de Dios y somos hijos vuestros, o Sma. Virgen de Candelaria, y los buenos hijos deben tratar con sus padres con frecuencia, como señal de amor y de respeto, y abrirles el corazón y comunicar con ellos todas sus cosas en plena confianza. Tratándose de Dios y de Tí, o dulcísima Madre, en esto consistiría la verdadera devoción. Pero ¿así nosotros? ¿Os invocamos todos los días? ¿Acudimos a Vos en nuestras necesidades? ¿Os abrimos el corazón en nuestras alegrías y en nuestras penas, para daros gracias, para pediros fuerza y consuelo? ¡Ah! ¡cuán lejos de todo eso estamos! Pp.ro proponemos la enmienda; queremos portarnos en adelante como tus verdaderos devotos.
DIA NOVENO
ORACIÓN
El que no se tenga por pecador, el a sí mismo se engaña, dice San Juan. Y ¡son tantos desgraciadamente nuestros pecados! Pero cargados de pecados no se puede entrar en el cielo. ¿Quién pues, nos libertará? ¿Quién ofrecerá por nosotros ante la Justicia de Dios el necesario rescate? Jesucristo por María. Porque María es Madre de Jesús y Madre nuestra; y ella sola con Jesús puede devolvernos la amistad de Dios. Por eso es María nuestra esperanza. Y el que en ella confía y es verdaderamente devoto suyo, ve siempre a lo lejos, aun entre las agonías de la muerte, una Madre gloriosísima que le sonríe, y las puertas del cielo abiertas
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